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miércoles, 31 de agosto de 2011

La paternidad


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LA PATERNIDAD

Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas                
Hebreos 1:1


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a Biblia enseña que el ser humano es un ser tripartito, formado por espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23), por lo tanto el creyente tiene un Padre del espíritu que es Dios (He. 12:9); un padre del cuerpo, es decir, el padre biológico y un padre del alma, que es el ministro que lo cubre (Ti. 1:4; 1 Jn. 2:1; 2:12; He. 13:17).   Dios delegó a los padres biológicos la tarea de preparar el corazón y la mente de los hijos, instruyéndolos en disciplina y el temor de Dios, pero la mayoría de los padres biológicos han fallado en esa tarea, de ahí la razón por la que Dios provee a los padres del alma, ministros que cubren y sustentan congregaciones, para restaurar la imagen paterna distorsionada, para manifestar la imagen paterna de Dios. Los discípulos del Señor tuvieron el privilegio de gozar de la paternidad de su alma a través del Señor Jesucristo, pero al mismo tiempo eran enseñados a amar, conocer, orar y creer en el Padre celestial, por eso Jesús dijo: “Voy a mi Padre y a vuestro Padre” (Jn. 20:17).

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os diccionarios definen la palabra paternidad como un “estado o calidad de padre” (MS Encarta), y padre es aquel “varón que ha engendrado” (Carozzi). La palabra engendrar se traduce del griego gennao (Strong       g1080) que metafóricamente se utiliza del acto de gracia de Dios al conferir sobre aquellos que creen la naturaleza y la disposición de “niños”, impartiéndoles la vida espiritual (Jn. 3:3,5,7; 1 Jn. 2:29; 3:9); para denotar a la persona que por medio de la predicación del evangelio viene a ser el instrumento humano en la impartición de la vida espiritual (1 Co. 4:15; Strong 1080, Diccionario Vine); esto viene a confirmar que Dios toma la iniciativa de impartir su paternidad, por gracia, sobre quienes se acercan a Él por medio de Jesucristo(Ef. 1:5). Una de las primeras cosas que Dios enseña es que Él es el verdadero Padre y que no somos huérfanos. A partir del momento de la conversión, comenzamos a disfrutar de los beneficios. Veamos algunos de los beneficios de la paternidad:

1.             LA REVELACIÓN DE QUE SOMOS HIJOS DE DIOS, Romanos 8:15, Gálatas 4:6. 
Este es el primer beneficio que adquirimos, un espíritu de adopción, por medio del cual podemos acercarnos a Dios y llamarle papito (Abba Padre), y es el Espíritu Santo quien da testimonio de que somos hijos (Ro. 8:16). Dios nos revela esta verdad desde el nuevo nacimiento, ya que desea que nuestra relación sea de Padre a hijo y no una relación lejana, por eso Jesús nos enseñó a dirigir nuestra oración al Padre (Mt. 6:9; 18:19). Además Jesucristo dijo que Él prepararía lugar para nosotros (Jn. 14:2), porque el Padre nos da una casa, una morada eterna (Jn. 8:35).

2.             IDENTIDAD, 1 Juan 3:1, Juan 1:12. 
Nuestro nombre nos da identidad y sentido de pertenencia a una familia. La Biblia indica que del Padre recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra (Ef. 3:15). En el sentido natural los hijos son el reflejo de sus padres; por eso el Señor les dijo a los fariseos que si ellos hubieran sido hijos de Abraham, las obras de Abraham habrían hecho. Nosotros como hijos de Dios también debemos hacer las obras que Él hace.

3.             EL AMOR DEL PADRE, Juan 16:27:
El amor del Padre nos da seguridad y confianza, por eso la Escritura dice que el perfecto amor echa fuera el temor (1 Jn. 4:18).

4.             PROVISIÓN PARA LAS NECESIDADES, Mateo 6:8. 
Dios provee para el cuerpo, alma y espíritu. La Biblia dice que quien no provee para los suyos es peor que un infiel y ha negado la fe (1 Ti. 5:8). Dios sabe cuál es nuestra necesidad, y desea que busquemos el reino de Dios y su justicia, y le pidamos conforme a su voluntad (Mt. 6:33).   El Señor hizo la comparación del cuidado de los padres terrenales con el cuidado del Padre celestial, diciendo que si  nosotros siendo malos, damos buenas dádivas a nuestros hijos, cuánto más Dios a los suyos (Mt. 7:11), nos provee trabajo, salud, paz, amor, sustento diario, etc.


5.             DERECHO A HERENCIA, Romanos 8:17, Gálatas 4:7, Colosenses 1:12:
En cualquier momento podemos disfrutar la herencia; pues la Biblia dice “el heredero mientras es niño, en nada difiere del esclavo, aunque sea el dueño de todo” (Gá. 4:1), y para que no vivamos como el hijo pródigo que desperdició la herencia (Lc. 15:11-13).

6.             TRABAJO EN SU VIÑA, Mateo 21:28:  
El Padre nos capacita para trabajar en su obra porque nos ha dado de sus dones.

7.             DISCIPLINA, Hebreos 12:7. 
La Biblia enseña que Dios es padre de misericordia, consolación (2 Co. 1:3), y disciplina. La disciplina es una manifestación de amor. Disciplina se traduce del término griego paideuo, y se refiere al acto de instruir a niños, enseñar y luego corregir, lo que destaca el amor de Dios, quien primero instruye, si el cristiano no sigue la instrucción, luego aplica corrección, buscando que el corazón del creyente se presente contrito y humillado. Cuando el hijo pródigo regresó a la casa, el padre sintió compasión por él, corrió, se echó sobre su cuello y lo besó. Este es un privilegio solo para los hijos.

8.             PROTECCIÓN, Juan 17:11. 
El Padre nos guarda mientras estamos en el mundo porque prometió nunca dejarnos, ni desampararnos (He. 13:5). Una de las promesas que el Señor hizo fue que enviaría al otro Consolador para que estuviera con nosotros para siempre (Jn. 14:16-18).

9.             VESTIDURAS, Lucas 15:22. 
Jacob mostro su amor a su hijo José vistiéndolo con una túnica de  colores (Gn. 37:3-4). El Padre nos viste con los cinco ministerios, y también nos da el vestido literal (Mt 6:31-32).

10.         NUEVO LENGUAJE, Mateo 26:73.  
Cuando venimos a Cristo, Dios nos da un nuevo lenguaje espiritual (Mr. 16:17).  Ese lenguaje no lo entiende el enemigo, pero Dios sí, por eso dice la Escritura que cuando hablamos en lenguas, hablamos misterios (1 Co. 14:2).

11.         ALIMENTO, Juan 6:32. 
Jesucristo dio su cuerpo para que todo el que comiera de ese pan viviera eternamente (Jn. 6:51, 58), porque Él era el pan que bajó del cielo (Jn. 6:51); también nos da el pan de su Palabra (Mt. 6:11), porque no solo de pan literal vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mt. 4:4).

S
er hijos de Dios es un privilegio muy grande que nos inspira a honrar a nuestro Padre con nuestra forma de vida. Seamos agradecidos y busquemos llevar mucho fruto para Él porque de esa manera será glorificado (Jn. 15:8)

miércoles, 24 de agosto de 2011

Respuestas examen varios hasta la cena del Señor


01.          El bautismo en agua nos purifica.
                Verdadero


02.          ¿Qué clase de conciencia obtenemos cuando nos bautizamos en agua?

                Buena


03. Indique 3 beneficios del bautismo en agua con sus versículos bíblicos

PERDÓN DE PECADOS (Hechos 2:38)
LIBERTAD DE LA ESCLAVITUD  (1 Corintios 10:2)
DEBILITAMIENTO DEL HOMBRE VIEJO (Romanos 6:1-11)

04.          ¿De cuántos libros se compone la Tanaj?
                El tanaj o tanak es el antiguo testamento
                39 Libros


05.          Según 1 Pedro 1:18-19, cual es uno de los beneficios de la Sangre de Cristo

NOS QUITA HERENCIAS ANCESTRALES NEGATIVAS


06.          Según la lección aprendida, los beneficios de la salvación son:
                Si investigamos en toda la biblia pueden encontrar mas, pero de esta leccion son
                Siete

07.          Escriba uno de los 7 beneficios de la cena del Señor respaldado con versículo bíblico
Recordar la muerte y resurrección del Señor, 1 Corintios 11:24
Tener vida eterna en sí mismos, Juan 6:51, 53
Tener comunión con Dios (Jn. 6:56)
Fortalecerse, sanar y tener vida, 1 Corintios 11:30
Tomar su Imagen (Gn. 5:3)
No ser juzgados con el mundo
Mantener el poder de la salvación, Hechos 2:42, 46
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03. Indique 3 beneficios del bautismo en agua con sus versículos bíblicos

PERDÓN DE PECADOS (Hechos 2:38)
LIBERTAD DE LA ESCLAVITUD  (1 Corintios 10:2)
DEBILITAMIENTO DEL HOMBRE VIEJO (Romanos 6:1-11)

04.   ¿De cuántos libros se compone la Tanaj?
a.       39 Libros
b.      44 Libros
c.       66 Libros

05.   Según 1 Pedro 1:18-19, cual es uno de los beneficios de la Sangre de Cristo

NOS QUITA HERENCIAS ANCESTRALES NEGATIVAS


06.   Según la lección aprendida, los beneficios de la salvación son:
a.       Cinco
b.      Diez
c.       Siete
d.      Tres
07.   Escriba uno de los 7 beneficios de la cena del Señor respaldado con versículo bíblico
Recordar la muerte y resurrección del Señor, 1 Corintios 11:24
Tener vida eterna en sí mismos, Juan 6:51, 53
Tener comunión con Dios (Jn. 6:56)
Fortalecerse, sanar y tener vida, 1 Corintios 11:30
Tomar su Imagen (Gn. 5:3)
No ser juzgados con el mundo
Mantener el poder de la salvación, Hechos 2:42, 46
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Utilizando estas definiciones comprendemos que la sangre de Cristo es suficiente para limpiar el pensamiento del creyente, fortaleciéndole la conciencia para que distinga claramente (1 Co. 8:7), entre lo que proviene de Dios y no dejarse influenciar por lo que proviene del enemigo.

6.             TENEMOS PERMANENCIA EN EL HIJO, Juan 6:56: El acto de la Cena del Señor, proporciona permanencia en el Hijo, puesto que Cristo afirmó que quién comiera su carne y bebiera en su sangre, permanecería en Él, y Él en el (creyente).

7.             TENEMOS COMUNIÓN, 1 Corintios 10:16: “Comunión” se traduce del griego Koinonia, que significa: tener en común, compañerismo, la parte que uno tiene en cualquier cosa, participación, un compañerismo reconocido y gozado (Strong 2842). Los creyentes tienen compañerismo con Cristo, por medio de la participación de la Cena del Señor.

8.             NOS ACERCA A DIOS, Efesios 2:13: La Biblia dice que en otro tiempo, el hombre anduvo lejos de Dios, desobediente (Ro. 11:30), sin embargo, a través de la sangre de Cristo, fue hecho cercano a Dios. La sangre de Cristo cambia el corazón para acercarnos a Dios.

9.             HAY ENTRADA AL LUGAR SANTÍSIMO, Hebreos 10:19: El lugar Santísimo era el lugar del Tabernáculo construido por Moisés, en donde estaba el Arca del Pacto, que representa la presencia de Dios; pero ahora por la Sangre de Cristo tenemos entrada al verdadero Lugar Santísimo, para conocer al Señor más de cerca y gozarnos en Él.

10.         NOS SANTIFICA, Hebreos 10:10: La sangre de Cristo sobre la vida del creyente santifica y regenera, por ello no debemos menospreciarla, ni tenerla en poco, ya que Dios castigará a aquel que la tenga por inmunda (He. 10:29).

11.         NOS TRAE PAZ, Colosenses 1:20: El Señor trae la paz a la vida del creyente por medio de su sangre, con el propósito de reconciliarlo con él Padre , y presentarlo, santo, sin mancha e irreprensible. (Col. 1:22).

12.         NOS HACE APTOS, Hebreos 13:20-21: “Apto” se traduce de la palabra griega Katartizo, que significa: hacer apto, equipar y preparar (Strong 2675). La sangre de Cristo hace apto al creyente para hacer Su voluntad, quitando o agregando aspectos en su vida que le permitirán crecer y ser edificado.

13.         ES SEÑAL DE UN NUEVO PACTO, Hebreos 8: 8-13: Dios establece un nuevo pacto, con mejores promesas que el anterior. Jesús es el mediador del nuevo pacto (He. 12:24), que se selló con sangre e hizo suficiente ese sacrificio, de una vez y para siempre, por lo cual somos partícipes y herederos de todas las bendiciones que vienen tras él.

14.         NOS DA VIDA, Juan 6:53: Cuando participamos de su carne y de su sangre, tenemos vida. La palabra “vida” se traduce del griego zoe, que significa: vida como la tiene Dios, aquello que el Padre tiene en sí mismo y que Él dio al Hijo encarnado que tuviera, vida en sí mismo y que el Hijo manifestó en el mundo (Strong 2222). Esta vida eterna, es la posesión presente y real del creyente debido a su relación con Cristo (Jn 5:24; 1 Jn 3:14), que algún día se extenderá al cuerpo, garantizado por la resurrección de Cristo (2 Co. 5:4; 2 Ti. 1:10).

15.         NOS QUITA HERENCIAS ANCESTRALES NEGATIVAS, 1 Pedro 1:18-19: Este pasaje indica que fuimos redimidos de la vana manera de vivir heredada de los padres, por medio de la sangre de Cristo, es decir, el sacrificio de Jesús hace libre al creyente de herencias de maldición familiar, puesto que la genética de maldición en el creyente es cambiada a la genética bendita del Hijo de Dios. La Sangre de Cristo corta cualquier lazo generacional de maldad, para andar en novedad de vida.

C
on estos beneficios se entiende el gran amor de Dios para sus hijos (Jn. 3:16), ya que Cristo vino a reconciliar todas las cosas “de las que están en los cielos como las que están en la tierra (Ef. 3:10-11; Col. 1:20; He. 9:23-24). Debemos saber que la sangre de Cristo fue derramada una sola vez para salvación y es rociada para purificación y perfeccionamiento hasta el día en que todo sea perfecto.

04 La Salvación


04
LA SALVACIÓN

Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos SEGURIDAD Y ACCESO con confianza por medio de la fe en El.”
Efesios 3:11-12.


 
E
s importante que el nuevo creyente tenga la seguridad de su salvación, ya que la experiencia de las personas al momento de aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador es distinta en cada caso. Algunas personas experimentan un deseo de llorar, otras una paz profunda, gozo inexplicable y otras manifestaciones; pero hay quienes no sienten nada, ¿quiere decir eso acaso que no son aún salvas, o que no trajo ningún beneficio el acto mismo de recibir a Cristo?, de ninguna manera, la obra redentora de Cristo no depende de los sentimientos (del alma), ni de las manifestaciones físicas, sino de las fieles promesas de Jesucristo.

L
A SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN: Al hablar de seguridad de la salvación se está haciendo referencia al hecho de que el nuevo creyente, al momento de invitar a Jesucristo a entrar a su corazón y aceptarle como Señor y Salvador personal, debe tener la certeza de que, efectivamente Cristo está en su corazón. ¿En qué se basa esta seguridad? Se pueden establecer dos aspectos:

a.       LA SEGURIDAD NO DEPENDE DEL CREYENTE. ¿Por qué se dice esto?

                     i.            No depende de lo que somos. En la Biblia se dice que las naciones (hombres), son menos que nada delante del Señor (Is. 40:17), y que el hombre es como el polvo (Sal. 103:14), y en el Nuevo Testamento se llama al hombre pecador (Ro. 3:23), por lo tanto si la salvación dependiera de lo que somos, ninguno sería salvo, pues todos somos pecadores y merecíamos condenación eterna.

                   ii.            No depende de lo que tenemos. Dios es el dueño de todas las cosas, de Él es la tierra y todo lo que en ella existe (Sal. 24:1), por lo tanto, el hombre nada tiene para comprar su salvación, por eso Jesús les dijo a sus discípulos que ¿Qué provecho obtendría un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? ó ¿Qué podría dar el hombre a cambio de la salvación de su alma?, Nada (Mt. 16:26).

                  iii.            No depende de lo que sentimos. Los sentimientos del ser humano son muy variables, por naturaleza es voluble ante las circunstancias, por lo tanto tiende a ser engañoso. En Jeremías 17:9 se dice que “más engañoso que todo, es el corazón” (sentimientos), y sin remedio; ¿quién lo comprenderá? El ser  humano muchas veces ni él mismo se comprende, por eso una salvación tan grande no depende de un sentimiento.

b.       LA SEGURIDAD DEPENDE DE DIOS. ¿Por qué?

                     i.            Su hijo Jesucristo hizo la obra perfecta de redención (salvación). La obra perfecta que hizo Jesús a favor del hombre fue ofrecerse a sí mismo como sacrificio por el pecado de la humanidad, por eso Juan El Bautista declaró que “Jesús era el Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo” (Jn. 1:29). Dicho sacrificio es único y para siempre, de tal manera que ya no hay necesidad de ofrecer otro por la salvación. Es maravilloso saber que si el pecado nos alcanza, podemos utilizar la sangre de Jesucristo, que todavía está fresca, para llegar ante Dios y pedirle que nos limpie de todo pecado con la sangre bendita de su hijo (1 Jn. 2:1-2).

                   ii.            Dios por naturaleza es fiel. El hombre es infiel, más Dios siempre permanece fiel (2 Ti. 2:13). Es un alivio saber que Dios nunca cambia y a todo el que cree en El le prometió vida eterna (Jn. 3:36), es más, el Señor juró (Heb. 7:21), que esta promesa se cumpliría y la selló con un pacto, un mejor pacto, el pacto de la sangre de su Hijo, quien es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de Él se acercan a Dios (Heb. 7:25). Además, El aseguró que nadie podría arrebatar de su mano a un creyente en Él (Jn. 10:29).

                  iii.            El sello del Espíritu Santo. Dios ha dado al creyente una garantía anticipada de la salvación eterna, alguien que provee de seguridad de esta promesa, que es El Espíritu Santo (Ef. 1:13-14). Así, quien no tiene el Espíritu Santo no es salvo (Ro. 8:9). El Espíritu Santo también perfeccionará al creyente, hasta el día de Jesucristo y lo presentará irreprensible (Jud 24).

c.        LOS BENEFICIOS DE LA SALVACIÓN: Cuando se habla de los beneficios de la salvación, se habla de lo que Dios pone ante el nuevo creyente para que lo tome por la fe. A continuación se enumeran algunos de éstos beneficios:
Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos SEGURIDAD  Y ACCESO con confianza por medio de la fe en El.” Efesios 3:11-12.

                   i.            Paternidad, Jn. 1:11-12: La Biblia es clara cuando indica que solamente se puede ser hijo del Padre, recibiendo y creyendo en su Hijo Jesucristo. Dios adopta al creyente por el Espíritu Santo y nunca se olvidará de él (Is. 49:15). Así como un hijo puede desobedecer a su padre, un hijo de Dios también puede desobedecerlo, es decir, puede cometer pecado, por lo tanto Dios lo disciplinará (Heb. 12:6-8), con amor, para perfeccionarlo.

                 ii.            Vida eterna, Jn. 3:16: El propósito de Dios es que toda persona experimente la vida eterna que Él otorga, pero que a causa del pecado, ésta se ve interrumpida, por lo que ahora todo el que cree en Jesucristo puede experimentar la vida eterna y abundante que Cristo ofrece (Jn. 10:10).

                iii.            Perdón de pecados, Col. 2:13: La Biblia enseña que por un hombre entró la muerte por el pecado, pero que también por un hombre entró el perdón, es decir, Jesucristo; por lo que al reconocer su sacrificio expiatorio, su Sangre borra todos los pecados, no importando el tamaño o gravedad de los mismos.

                iv.            Una nueva creación, 2 Co. 5:17: Al momento de conocer al Hijo de Dios, se inicia un proceso de regeneración, el cual destaca el inicio de un nuevo estado de cosas en contraste con el viejo (Diccionario VINE). Es un proceso ascendente en el que se afirma que “las cosas viejas pasaron y todas vienen a ser hechas nuevas”. En este proceso se avanza en la medida en que el nuevo creyente va entregando todas las áreas de su vida.

                 v.            Ciudadano del reino de los cielos, Fil. 3:20; 1 P. 2:9: El conocer a Jesucristo permite salir de la ciudad de pecado (Egipto), y obtener una nueva ciudadanía, Cristo afirma que ha ido a preparar lugar, “para que donde Yo estoy, vosotros también estéis” (Jn. 14:3), no un día, sino eternamente y para siempre.

                vi.            Es integrado al cuerpo de Cristo. El nuevo creyente es hecho miembro del Cuerpo de Cristo    (1 Co. 12:12), que es la Iglesia, ya no está solo, tiene identidad, ahora los miembros de la iglesia son sus hermanos, su familia, por lo tanto, tampoco puede dirigirse solo, sino que tendrá que aprender a sujetarse a los miembros del cuerpo (1 Co. 12:14-20).

              vii.            Se le entregan regalos. El Espíritu Santo regala dones, que son más que regalos, habilidades que Dios da a los creyentes para la edificación de su Iglesia (1 Co. 14:12). Estos dones permiten al nuevo creyente crecer y desarrollarse hacia la madurez, dándole la oportunidad de servir dentro de la Iglesia.

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risto afirmó en Juan 17:12 que ninguno de los que le dieron por hijos, se le perdió, por lo tanto, la seguridad de la salvación, no depende de nosotros, sino de la fidelidad de Dios a sus promesas y pactos, por medio del sacrificio de Jesús en la cruz y del perfeccionamiento que el Espíritu Santo hace en cada creyente.